El boliche
Y sí…. Y sí. Qué esperabas, es el escenario de la vida, la cancha de fútbol. La mesada para amasar tu pastafrola: el boliche nació para crear nuevos amoríos. No importa si sos lindo, feo, simpático, un ortiva de aquellos, un forrito agrandado, un estilista amanerado, un empleado del zoológico municipal, un recalcitrante comunista, un enfermo antisocial o un terrorista talibán. Todos pueden, todos podemos ganar en el boliche. Sólo hay que saber cómo (ver Tipos de chamuyo).
Es el lugar convencional. Miles de mujeres presentes, cientos de mujeres borrachas, decenas de mujeres calientes. Nos están esperando.
Calificación: el más común. Lo más normal. Lo convencional. No tiene mucho mérito, pero tampoco hay que restarle. Qué se yo. Es un boliche.
La playa
Uhh… verano, olas, el viento… qué mas lindo que chamuyar at the beach. Es una alegría inconmensurable, un placer de los dioses. Uno de los lugares más afrodisíacos para chamuyar, para ganar y hasta para rebotar. Rebotar tiene su gustito en la praia.
Esta comprobado científicamente que la arena genera fuertes estímulos seudo sexuales, y que el sonido del mar puede provocar orgasmos múltiples en los oídos de las damas. Dicho con otras palabras, es posible que te vean lindo sólo por estar en la playa (quemate, no seas gil de estar blanquito que no gusta -aunque perversas hay en todos lados).
Es raro, no todos pueden, generalmente hay que ser muy extrovertido, no es cosa de todos los días. Entrar, penetrar, lograr entablar conversación en la playa no es moco de pavo.
Calificación: Ojo. Sólo para expertos, la playa es un lugar divino pero difícil. Si entrás, probablemente termines casado con hijos. Si lográs entablar una relación, la playa los unirá para siempre (o para una noche, da igual).
El bar
Claro que sí. Sí se puede y está muy bien probar, es original y es entretenido. La típica es acercarse (conseguite dos amigos, porque lo ideal es acercarse de a 3, si si, no de a 4, no de a 2, de a 3) a una mesa lindera a la propia (preferentemente con más de 4 mujeres), vaso en mano y si es posible un poco copeteado, y sacar un tema. Cuanto más bizarro el tema, más chances hay de ganar. El objetivo es sentarse. El resto de chamuyo.
Calificación: Muy posible y entretenido. Hay que probar, altas chances. Es difícil que se nieguen a dejarte sentar (aunque hay yeguas que lo hacen).
La calle
Llegamos al paraíso. El Edén, el rey, el príncipe de los escenarios. La reina. La calle es el lugar más difícil, mas imposible, más impenetrable para el chamuyo del buitre. Buitrear en la calle ya es digno de admirar. Ganar en la calle se puede, pero nunca nadie lo hizo.
¿Nunca viste en la calle una minita que te volvió loco? Que te das vuelta y decís, “la P&$%##"¿ madre, como ¡”###!=?/$ va a estar con ese /#”&$% y no conmigo, hija de “!($/%”&, dios mio… que ¡/”#&$)”, la re ¡(#&/$ que los parió!” (y más insultos también, lo sé, lo sabés).
Bueno, imaginate por un momento ir y entablar conversación, desplegar chamuyo, utilizar tácticas milenarias de seducción: en otras palabras, ser un ninja sigiloso enamorador de quinceañeras. Es el sueño del chamuyero.
Calificación: el imposible, el cacique, el Zar de los escenarios de la vida misma para buitrear. Si sos tiburón, intentalo. Aunque pierdas, te bancamos a muerte. Si ganás pegame un tubazo y contame todo.
Lugares poco convencionales (pero no menos entretenidos)
-La Iglesia: alto, hereje! Se puede, pero es difícil. Hay dos problemas fundamentales (en caso de que ganes): 1) tal vez quiera virginidad hasta el matrimonio. 2) tal vez te vayas al infierno. El infierno vaya y pase, pero la virginidad… Exceptuando esos detalles, el lugar es válido y se sabe, se sabe, en el ambiente se sabe, que las mujeres que uno ve en la Iglesia son superlativamente bellas. Sólo hay que animarse.
-Transporte público: Esto incluye colectivos y subtes. Es de público conocimiento que en cada colectivo viajan 2 mujeres increíbles por cada 15 pasajeros, y que en el subte viaja una yegua por vagón, en un día promedio. Apoyarlas es válido pero sólo dará placer instantáneo: nunca vas a llegar a enamorarla (si lográs enamorarla apoyándola es una perra de antología, casate). Si ganás en un transporte público no sos Dios, pero sos un Moisés, un Abraham.
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